Cómo la tecnología dá vuelta las cosas
4 de Julio de 2006
La generación del pulgar
El pulgar era una herramienta muy apreciada cuando el hombre andaba por los árboles: aseguraba la función prensil y, por tanto, la posibilidad de saltar de rama en rama, de sobrevivir. Pero desde que los humanos bajamos a tierra*, el pulgar fue perdiendo competencias más allá de ser un obeso y soltero ayudante para sujetar.
Esa etapa decadente del pulgar ha quedado atrás con la aparición de los teléfonos móviles y de los mensajes de texto. Existe una joven generación que dedica buena parte del día a teclear frenéticamente en sus teléfonos. Y lo hace con los pulgares, que de este modo ganan tono muscular, agilidad y velocidad.
A tal punto este uso altera la función, que en Suecia y Japón ya pueden verse a algunos grupos de chicos que utilizan el dedo pulgar, para señalar!
* "Aramos", dijo el mosquito.
El verbo googlear
Google logró lo que casi nadie ha podido: transformó su marca en un verbo. Buscar en la web es simplemente 'googlear': más de 200 millones de personas lo hacen todos los días, y un elevado porcentaje de esas consultas responde a una curiosa y peligrosa costumbre emergente: obtener datos sobre la vida privada, el trabajo y los gustos de otras personas.
Para muchos, Google se ha convertido en una mina para encontrar pareja ya que, además de poder buscar futuras citas, pueden obtener más información sobre sus posibles pretendientes. Sin embargo, no sólo el amor tiene cabida en el mundo de Google: también hay padres que "googlean" a sus futuros yernos, empleados que quieren saber más de sus jefes y, por supuesto, jefes que desean saber de las costumbres de sus subordinados.
Pueden googlearme ahora, ya borré las fotos de esa fiesta...
Los chicos y el celular
El uso del teléfono celular ha supuesto para los chicos una nueva forma de relacionarse, a veces imposible de entender para los mayores. Una forma que responde poco a los estereotipos y, sobre todo, guarda poca relación con lo que presupone el aparato en cuestión.
Es que el celular cubre dos ángulos en las necesidades de los adolescentes: por un lado necesitan sentirse jóvenes entre los jóvenes y, por otro, sentirse como tales frente a los mayores. Y desde un punto de vista de relaciones padre-hijo, el móvil actúa como "correa digital"*, con la que los padres vigilan a sus hijos. Tan útil lo ven en muchas ocasiones los padres que son precisamente ellos quienes lo compran en un comienzo.
Y así, los padres simulan controlar a sus hijos, y éstos simulan ser independientes de ellos...
* Lo más parecido a una correa digital que recuerdo de mi infancia, es el teléfono con latas que nos hizo mi papá. No podíamos entender qué había de asombroso en hablar a un metro y medio de distancia, aunque al rato descubrimos que podía convertirse en unas excelentes boleadoras.
Y hay más
A aquellos que deseen hurgar sobre más cambios en nuestra cultura, les recomiendo profundizar en temas tales como el globish (una escuálida variante del inglés que intenta volverse lenguaje global), el YO virtual y los weblogs como una forma de difusión de información que conmueve las bases del periodismo.
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